Algunas estrategias para ahorrar combustible.
Tomado de Revista Motor N° 273
28 de Julio de 1999
Artículo de José Clopatofsy
ISSN 0121-9820
Algunas estrategias para ahorrar combustible.
Entre las mayores rentas que un ciudadano puede tener es la del combustible de su vehículo, sea particular o público. Con las políticas hasta ahora oficiales, cada día crece más y más la cantidad de dinero que hay que destinar para el combustible para los automotores. ¿Qué hacer? O se renuncia al vehículo automotor por medios de transporte públicos o alternativos (cosa que muy pocos estarán dispuestos a hacer) o se busca estrategias para ahorrar combustibles.
CILINDRADA=CONSUMO
El tamaño del motor y la factura del kilometraje por galón van en relación directa. No se puede pretender tener un consistente motor de ocho cilindros en V, con 5 litros de desplazamiento o máquinas similares, que no gasten dos, tres o cuatro veces más que un pequeño motor de 1000 c.c.
Por consiguiente, a pesar de los enormes avances técnicos que se han dado en los motores, que cada vez son más eficientes y consumen menos, la ecuación de cilindrada -consumo seguirá siendo directamente proporcional.
Hay un pequeño recodo donde hay que detenerse para explicar qué puede darse el caso de motores de cilindrada media, 1.6 a 2.5 litros que, proporcionalmente a su tamaño, consumen menos gasolina debido a que no necesitan andar siempre con el acelerador a fondo por su mayor potencia. Pero de todas maneras, la cuenta sigue los números de la cilindrada.
O sea, si sus gastos de gasolina son tan abrumadores como el tamaño de su motor, la primera solución para eso es buscar un vehículo de motor más chico y económico. Si para usted es fundamental sentirse al mando de esas máquinas, quiere decir que el placer o necesidad ahora le cuestan el doble. Nada qué hacer.
EFICIENCIA Y GASTO.
Una forma de optimizar el consumo es buscar la máxima eficiencia de los elementos ordenadores del gasto.
Esos son, por una parte, el diseño, configuración y estado del motor, el cual cuando está en su mejor condición de sincronización, rinde toda su potencia y, por lo tanto, requiere menos acelerador y gasta menos.
El otro ordenador del débito de gasolina es el conductor, cuyo pie derecho va dictaminando el flujo de combustible al motor y el promedio de uso del tanque.
En lo primero, hay correctivos inmediatos como son una perfecta sincronización del motor y su mantenimiento preventivo para evitar que se alternen sus condiciones de trabajo tales como cambios de filtros de aire, calibración de válvulas, tiempo de encendido, etc.
En lo segundo, hay que mezclar el uso del motor con el mal uso de la gasolina. Al tenor de la física, mientras menos se oprima el acelerador, menos se gasta. Pero resulta que para el auto ande y recorra tramos importantes de distancia a determinada velocidad, necesita un impulso, colo requiere igualmente para arrancar y subir.
CUANTO ACELERADO USAR
Mucho más de lo que uno cree, pero sin abusar hacia afuera ni hacia adentro, pues rodar el motor de manera permanente a bajos regímenes de revoluciones produce en largo plazo daños que son más caros que el ahorro de gasolina.
Eso de arrancar y poner los cuatro cambios lineales de la caja en menos de una cuadra, es dañar el motor pues este se convierte en una fábrica de carbón, hollín y residuos que van gastando todas las partes interiores, contaminan el aceite y reducen su poder lubricante.
Igualmente, sin ir más allá de lo necesario nos lleva a un gasto alto de gasolina y de frenos pues el tráfico hay que detener el vehículo con mayor precisión en el pedal si se tiene una velocidad superior al promedio de la movilización.
Un motor, hablamos de los modernos, debe usarse como mínimo entre 3000 y 4000 revoluciones para obtener de él su máximo rendimiento y duración.
Obviamente, esto no quiere decir que entre trancones y espacios mínimos debamos convertir nuestro carro en un proyectil intimidatorio. Pero cuando se ve que la distancia por cubrir es amplia, la aceleración debe ser decidida y marginal en los espacios cortos.
Continuará...